Ivrea 1982

La tarde en Ivrea era un horno, y el aire espeso se colaba en la planta de ensamblaje de Olivetti, donde el repiqueteo de las máquinas de escribir marcaba el ritmo del día. En la oficina acristalada del primer piso, Ettore Sottsass y Dieter Rams se encontraban cara a cara, sentados al principio con la rigidez de dos generales en una tregua incómoda. Mario Bellini observaba desde un rincón, con la camisa arrugada y una botella de grappa medio vacía que había dejado sobre la mesa.

“Bueno, Dieter,” comenzó Sottsass, encendiendo un cigarrillo y dejando que el humo se arremolinara entre ellos. “Espero que este encuentro sirva de algo más que para que nos tires tu sermón calvinista sobre la función de los cojones.”

Rams se inclinó hacia adelante, con las manos perfectamente entrelazadas y una sonrisa tensa. “He venido para ver si en este antro de colores y excentricidad de mierda se puede hablar de diseño de verdad, Ettore. Pero empiezo a pensar que esta oficina es más un altar hippie, lleno de idolatrías absurdas y humo, que un lugar de trabajo serio.”

Bellini soltó una carcajada corta, dejando escapar un trago de grappa por la comisura de los labios. “¡Tranquilo, alemán de mierda! Aquí no estamos en tu triste oficina de Braun, donde la diversión está prohibida y todo huele a sopor y café malo.”

Sottsass lo secundó con una risa ronca, golpeando la mesa y haciendo que la botella de grappa temblara peligrosamente. “¡Eso! Vuestra puta ética del trabajo es tan seca como un sermón protestante. Al menos nosotros disfrutamos de la vida y no vivimos con cara de funeral.”

Rams apretó los dientes, su sonrisa ahora una mueca. “¿Disfrutar de la vida? Claro, entre un plato de putos espaguetis y vuestros crucifijos, sois expertos en hacer de todo un espectáculo sin sentido. Tus diseños, Ettore, son como esos fideos de mierda vuestros: mucho ruido, poca sustancia y siempre con la misma salsa de color chillón, el mismo de tu máquina de escribir de juguete.”

El ambiente se cargó de una tensión palpable. Sottsass se levantó de golpe, el cigarrillo cayendo de su mano y dejando un rastro de ceniza en los papeles esparcidos. “¿Poca sustancia? ¡Prefiero mil veces mis ‘juguetes de colores’, como los llamas, que tus putas radios grises que parecen ataúdes!

“Además, se dice que tienes a ese pobre diablo de Lluelles en España, encerrado en un despacho, dibujando tus putos exprimidores y batidoras como un prisionero. Y para qué, ¿eh? Para que sigas sacando la misma calculadora de mierda con distinta forma y le digas al mundo que es ‘menos, pero mejor’ ¡Eres un puritano de mierda, Rams! No sabes lo que es el alma de un diseño porque te la olvidaste en algún sermón calvinista.”

Rams también se levantó, empujando la silla hacia atrás. “¿Alma? ¿Tus piezas de circo tienen alma? ¡Tus diseños son una jodida broma para millonarios aburridos que no saben qué hacer con su dinero! Y si crees que tu pasta y tus gritos de tendero van a impresionarme, estás más drogado de lo que pensaba.”

Bellini, viendo la tensión, intentó calmar las cosas con una sonrisa burlona. “Vamos, Dieter, no te enfades tanto. Un poco de color no ha matado a nadie, a menos que hablemos de tus putos productos, que son tan mortíferos como un desfile de la Wehrmacht.” La carcajada de Bellini se escuchó en toda la planta.

La botella de grappa, que había quedado al borde de la mesa, se precipitó al suelo, derramándose y empapando unos papeles que había esparcidos. Sottsass la pateó en un arrebato, salpicando las piernas de Rams, quien dejó escapar un gruñido y se acercó más, encarándose con él.

“¡Toca esa botella otra vez, Ettore, y te meto tus putas máquinas de escribir por donde no te da el sol!” escupió Rams, con la furia transformando sus ojos en dos cuchillas.

“¡Hazlo, si tienes huevos, alemanito!” respondió Sottsass, con los puños cerrados y la cara enrojecida. Bellini, entre risas y una tos cargada de humo, lanzó un “¡Vamos, a ver si el calvinista tiene cojones de verdad!”

La gente de la planta de ensamblaje había dejado de trabajar y miraba hacia arriba, hipnotizada por el espectáculo. Los gritos se apagaron por un segundo, solo para que Rams, en un arrebato de furia, encendiera su mechero y lo pasara por encima de los papeles empapados en grappa. Una chispa bailó, y las llamas empezaron a lamer los bordes con rapidez.

“¡A tomar por culo esta mierda!” gritó Rams, tirando el mechero al suelo y apartándose mientras el fuego crepitaba. Sottsass y Bellini retrocedieron con los ojos abiertos, mientras el humo comenzaba a llenar la oficina.

Los trabajadores miraban desde abajo, algunos riendo nerviosos, alguno grabando con su tomavistas. La imagen de Dieter Rams alejándose por el pasillo, con el eco de sus pasos resonando, quedaría grabada en sus mentes como el día en que la oficina de diseño de Olivetti se convirtió en el campo de batalla más salvaje de la batalla entre la modernidad y la posmodernidad.

Fin.

Espero que te haya gustado este relato, un poco disparatado y otro poco hiperbólico, que retrata un momento de la historia del diseño. Vendrán más. Si quieres recibirlos en tu email, te animo a que te suscribas a mi newsletter De Ulm a Cádiz.

Augurium

Gracias por confiar en Augurium, el asistente que predice cómo transcurrirá tu día y te encamina a tomar las decisiones que más te convienen y mejor te haran sentir.

Augurium es un agente presciente de última generación. A diferencia de los agentes prescientes actuales, empleados por gobiernos y corporaciones para crear grandes modelos de realidad, Augurium trabaja por y para tus circunstancias personales y tus emociones.

Augurium te ayuda a planificar, ejecutar y reflexionar sobre tu realidad. esta guía te enseñará más acerca de su funcionamiento, una vez que lo hayas instalado.

Por la mañana: planificación

Cada mañana, cuando te despiertes, Augurium habrá elaborado un informe predictivo de todo lo que ocurrirá a lo largo de tu día y las decisiones que te conviene más tomar.

Podrás escuchar el informe y hacer todas las preguntas que consideres, conversando con Augurium acerca de las dudas que tengas, de las sensaciones que tienes y las posibles ramificaciones en caso de tomar una u otra decisión.


Durante el día: ejecución

Recibirás una alerta cada vez que se produzca un cambio de rumbo en los acontecimientos previstos debido a algún evento inesperado. Cuando eso ocurra, Augurium reescribirá la predicción para el resto del día, poniendo énfasis en las decisiones que debes reconsiderar. En todo momento podras conversar con Augurium para entender o aclarar lo que necesites.

El indicador de tu uña meñique irá cambiando de color en función de lo bueno o malo que vaya a ser el resto del día, siempre basándose en las decisiones que vayas tomando. En todo momento podrás frotarlo para que Augurium te de consejos a corto plazo.

Cuando te enfrentes a decisiones inesperadas (tener que elegir comida en un restaurante, atender una llamada,  valorar el trabajo de un compañero…) Augurium lo detectará sin que hagas nada y te avisará de que tiene preparada para ti la decisión que mejor resultado te aportará.

Augurium también sabe cuándo tu estado de ánimo no es el mejor. Cuando eso ocurra, intervendrá sin que se lo pidas, guiándote para salir de esa zona oscura.


Al final del día: balance y emoción

Augurium te ayudará a hacer balance al terminar el día. Cuando detecte que estás en un estado propicio, Augurium iniciará una conversación contigo acerca de las decisiones que has tomado y cómo te han hecho sentir.

Recuerda, no hay buenas o malas decisiones, sino buenas o malas emociones.

En ocasiones y cuando tu momento sea propicio, Augurium sacará a colación tus objetivos y expectativas. Podréis conversar acerca de tus aspiraciones laborales, de lo amoroso, de tus necesidades financieras o de cualquier otra cosa que te ronde la mente. No tengas miedo de hablarle también de sueños y pasiones. Cuanto más te conozca, mejor podrá ayudarte.

Mientras duermes, Augurium usará toda esa información para preparar el informe predictivo del día siguiente, ayudándote a tomar las decisiones que más te ayudarán.


Tus datos son esenciales

Para poder saber quién eres, tu estado de ánimo y lo que tienes por delante, Augurium necesita acceder a tu archivo y registro de biomarcadores en tiempo real, así como a tu agenda de contactos, calendario y mensajes. Además, para poder entender a lo que te enfrentas en cada momento, Augurium también requiere acceso a todas las cámaras, micrófonos y sensores conectados a tu red personal y doméstica.

Al utilizar Augurium le das consentimiento explícito para que acceda a toda esa información y la use para ayudarte a ti y a otras personas a tomar mejores decisiones.

Si deseas conocer en detalle toda la política de datos y privacidad de Augurium, así como tus derechos de acceso y revocación, puedes hacerlo desde www.augurium.me


Mejores decisiones

Las mejores decisiones son las decisiones informadas. Augurium pronostica tu día y te ayuda a decidir procesando información de tres fuentes: tu entorno, tu contexto social/laboral y tu cuerpo.

La luz, la temperatura, el ruido, los olores o la gente que tengas alrededor influyen en tu estado de ánimo. Augurium no sólo analiza tu entorno en tiempo real, sino que, atendiendo a tu agenda, predice el entorno que tendrás en cada momento del día y cómo influirá en tu estado de ánimo.

Tus entorno social también tiene un efecto clave: contactos, amistades, parejas, compañeros de trabajo, jefes o desconocidos que aún no sabes que te toparás. Todos ellos te harán sentir cosas y condicionarán la manera en que te comportes. Augurium predecirá esas situaciones y anticipará tus encuentros con esas personas, ayudándote a conducirlos de la manera que más te ayude.

Por último, tu cuerpo. Augurium puede ver y oir todo lo que pasa a tu alrededor, pero también puede saber cómo está afectando a tu mente y tu cuerpo. Y al revés: cómo tu situación hormonal y bioquímica determina tu estado de ánimo y capacidad cognitiva en cada momento.

Estos son los principales biomarcadores que Augurium obtiene de tu registro biométrico en tiempo real:

  • Glucosa en sangre (energía, fatiga, irritabilidad, hambre)

  • Acido fólico (energía y estado de ánimo)

  • Presión arterial, pulso y HRV (estrés y fatiga)

  • Cortisol (estrés y ansiedad)

  • Actividad encefalográfica (sueño, relajación, creatividad)

  • Melatonina (ciclo de sueño-vigilia, calidad del sueño, fatiga)

  • Serotonina, acetilcolina, endorfinas (bienestar emocional, motivación, atención, resistencia al dolor…).

  • Dopamina (placer y motivación).

  • Testosterona y estrogeno (deseo sexual, energía).

  • Ácido fólico (depresión, salud general).

  • Leptina y grelina (apetito).

Además de estos biomarcadores, Augurium analiza y parametriza tus respuestas a sus preguntas y los estímulos sensoriales a los que te expones: música, comida, aromas y esencias… para una cartografía completa de tu estado de salud, mental y anímico.


Más cómplice

Augurium te ayudará más cuanto más sepa de ti. Durante los primeros días de uso irá construyendo un modelo psicológico de alta densidad. Hazle partícipe de tus anhelos y frustraciones, incluso si no se refieren a cuestiones inmediatas. Cuantas más confidencias le hagas, más fantasías, deseos ocultos, o sentimientos oscuros le confíes, mejor entenderá tus acciones y más complicidad tendrá al aconsejarte y guiar tus decisiones.


Más anticipación

Augurium es un agente presciente. Esto significa que es capaz de anticipar eventos que ocurrirán antes de que los podamos experimentar. Para poder calcular y anticipar esos eventos, Augurium procesa millones de fuentes de datos, tuyas y externas, en tiempo real, creando un modelo de alta fiabilidad a 12 horas

  • Predicción a 3 horas: 96% de fiabilidad

  • Predicción a 6 horas: 89% de fiabilidad

  • Predicción a 12 horas: 83% de fiabilidad

¿Qué clase de eventos predice? Todos los que están digitalizados o se pueden inferir a partir de datos digitalizados. Aquí tienes algunos ejemplos:

  • El tipo de comida que te apetecerá a mediodía.

  • El resultado de tu solicitud de aumento de sueldo.

  • Los temas que saldrán en una comida de trabajo.

  • Llamadas, correos electrónicos, solicitudes, etc.

  • El estado anímico y las necesidades emocionales de tu pareja, cuando llegues a casa.

  • etc.

Augurium se anticipará a los eventos, avisándote con antelación y recomendándote un curso de acción propicio, para que puedas sacar el mayor partido de las circunstancias.


Mejores recuerdos

Somos nuestros recuerdos. A través de nuestro algoritmo Mnemocraft ™, Augurium analiza las experiencias, las sensaciones y los recuerdos que millones de personas le confían, mejorando su capacidad de predecir y recomendar no sólo lo que es objetivamente mejor, sino lo que será mejor recordado.


Mejores vínculos

La vida es un deporte que se juega en equipo; tus familiares, tus amigos y tus compañeros tienen mucha influencia sobre todo lo que ocurre a tu alrededor.

Cuantas más personas de tu entorno usen Augurium, más acertadas serán las predicciones y mejores las recomendaciones que recibas. Además, Augurium te ayudará a mejorar los vínculos con las personas que te importan y a crear nuevos con las que te interesan.


Acerca de Augurium

La vida es cada vez más compleja. Más información, más conexiones y más decisiones que tomar. Añadiendo tecnología a nuestro día a día hemos hecho que la entropía se dispare. Usemos, pues, tecnología para controlarla.

Augurium nace impulsada por un equipo hispano-canadiense con un objetivo compartido: usar la tecnología para crear experiencias vitales positivas en las personas.

Utilizamos algoritmos avanzados de registro y procesamiento del contexto de usuario y modelos de simulación avanzada de escenarios, creados por un equipo internacional de científicos, psicólogos e ingenieros.

La génesis de Augurium está en el estudio de De Santos, D., Tremblay, M., & Lévesque, A. (2034), Parametrizing the Immediate Future: The Reciprocal Influence of Contextual Reality and Decision-Making in Event Prediction, Journal of Predictive Analytics, 18(2), 45-62.

Augurium es una marca registrada de Synthèse de Mémoires - Mnemosyn ©, con sede en1361 William St (Quartier de l’Innovation) Montreal, Quebec H3C 1R4, Canadá.

Versión actual: 1.8-2037 (Release).


Gracias a Xabi Uribe-Etxebarria por todos estos años de conversaciones y diseño para agentes inteligentes. Cuando empezamos a colaborar, en 2015, Sherpa era un recomendador personal. Hoy es la plataforma de aprendizaje federado a través de IA más prometedora de España y una de las más interesantes del mundo. La usan organizaciones sanitarias, financieras y de seguridad para resolver problemas, sin que los datos de quienes aprenden se vean comprometidos.

WHISKY TANGO ROMEO

Whisky Tango Romeo es mi primer audiorelato de ficción. Lo he creado con grabaciones reales de los años 90, música ambiental y mi propia voz para locutarlo.

Lo empecé con el objetivo de medir el esfuerzo que me supondría trasladar Mnemosyn al mismo formato pero, a medida que avanzaba, según iba eligiendo la música y añadiendo los efectos especiales, disfrutaba cada vez más, hasta olvidarme del objetivo inicial.

Si lo escuchas, te recomiendo que te quedes hasta el final. Tras relato de ficción, hay un minuto de ‘realidad’ en el que hablo de los audios empleados y comparto algo de historia acerca del proyecto Conet.

Por favor, si te gusta y querrías recibir más, dímelo de alguna manera: mediante un like en Spotify /Substack, un comentario o un mensaje privado; te estaré agradecido de verdad. Soy novato en estos temas y tengo tanto entusiasmo creando estas historias como dudas e inseguridades acerca de si compartirlas o cómo hacerlo.

Mnemosyn: ¿Qué harías si pudieras revivir el mejor año de tu vida?

Ya está publicada Mnemosyn, la novela breve en la que he estado trabajando recientemente, mi primera incursión en la ficción para hablar de algo muy real.

David, un hombre de 83 años, encuentra la oportunidad de volver a 1999, su mejor año, gracias a un programa experimental llamado Mnemosyn. Desde allí, escribe mensajes a su yo de 2024. Este no es un simple viaje a la nostalgia; es un retorno lleno de decisiones difíciles, amistades que se sienten más reales que nunca, y un amor que desafía el tiempo.

Un relato que usa la ciencia ficción para hablar de la nostalgia, desde tres voces que se entrelazan: la de un joven idealista, un hombre maduro atrapado en la rutina, y un anciano en busca de paz.

Mnemosyn se puede leer como ebook desde la tienda Kindle de Amazon. El precio es asequible: 2,69€ y la lectura también, son sesenta y algo páginas que se devoran en un par de sentadas veraniegas.

Si lo lees y decides dejar una reseña amable, avísame que querré tener contigo un detalle de agradecimiento.

PS: he escrito aquí una breve reflexión sobre nostalgia y tecnología. Seguiré publicando alguna reflexión más, con la excusa del libro, en mi boletín en Substack.


Escribir ficción

Llevo varios años escuchando una vocecita en mi oído derecho, diciéndome lo mismo cada domingo por la tarde. Me las he apañado para ignorarla hasta que hace un mes decidí escucharla y conversar con ella:

— Javier, deberías escribir ficción, al menos probarlo. No es muy diferente de lo que ya haces, piénsalo: diseñar es disponer elementos para propiciar una escena. Cuando creas esa escena en tu cabeza, antes de empezar a diseñar, ¿no estás acaso haciendo un ejercicio de ficción?

— Pues tienes razón, pero cuando diseñamos no buscamos que la escena sea de ficción, sino que se vuelva real, que pase de nuestras cabezas a la realidad.

— Puede ser, pero eso no cambia lo esencial del asunto: en ambos casos, en la narrativa de ficción y en el diseño, tienes que definir un montón de variables y tienes que asegurarte de que todas mantienen coherencia entre si, ¿verdad?

— Vale, pero son formas de coherencia diferentes. Al diseñar persigo la integridad de lo diseñado, que haya una cierta continuidad y armonía entre la forma que tiene lo que diseño y la manera en que se comporta y resuelve la necesidad. Es una coherencia entre el usuario, la necesidad y lo diseñado. O, si quieres más precisión, de la necesidad hacia el usuario y su contexto por un lado y hacia el dispositivo y la interfaz por otro. La coherencia de la ficción es otra, más compleja y variable ¿no?

— Quizás. Quien escribe ficción tiene que procurar la coherencia entre los personajes, sus circunstancias, sus acciones… También debe procurar una cierta coherencia entre actos y consecuencias. ¿No hay mucho de eso en el diseño, cuando creáis procesos que son como diálogos, donde el usuario va “conversando” con el sistema para acabar viendo una película o confirmando una compra? Te diría que esos procesos y esos diálogos no son muy distintos de los que se desarrollan en una novela o un guión, por ejemplo.

— Ya veo por donde vas y me estás convenciendo. De hecho, cualquier buen relato debe tener, por encima de todo, verosimilitud; no realismo, ojo, sino verosimilitud. Es decir, que todo sea coherente entre sí, por muy fantástico que sea. Aceptamos que en un relato, una persona pueda volar, a sabiendas de que es imposible, sólo si la manera en que se nos cuenta es lógica, si cuando esa persona se mueve por el aire, se somete a las leyes de la física, a la inercia y todo eso. Esa coherencia es la que propicia la manida “suspensión de la incredulidad” ¿verdad? No es muy diferente en diseño digital: cuando creamos una animación, una microinteracción o un efecto concreto, tenemos que asegurarnos de que es verosímil, que la forma en que se despliega, la manera en que suena y la velocidad a la que aparece y desaparece son naturales. Tanto usuario como diseñador sabemos que ese artificio no es real, que en la pantalla no está apareciendo confettti cuando se confirma una acción o que el scroll no esconde cosas en la parte de debajo del móvil, pero aceptamos esa ficción porque nos ayuda a comunicar algo, a reforzar una idea. ¿Te refieres a eso?

— ¡Sí, justo a eso! Añadiré otro argumento para animarte a escribir ficción: los diseñadores estáis todo el día diciendo que estudiáis a las personas. Hasta creáis documentos donde describís a personas imaginarias para justificar vuestras decisiones de diseño. ¿No crees que crear esos personajes desde cero, con toda su complejidad y en una situación completamente fabricada, sería un ejercicio antropológico aún más poderoso?

— Desde luego. Además, la gente que escribe bien siempre dice que crear un personaje requiere definir cuestiones de esa persona que puede que no salgan en el relato, pero que, al ser tenidas en cuenta, le dan más redondez y veracidad al personaje.

— Pues no sé a qué esperas, Javier. Parece que lo tienes claro ¡Ponte ya a escribir!

— Tienes toda la razón. Debería escribir algo de ficción, pero claro, escribir sin publicar, sin exponer lo escrito a los ojos de otros, se me hace algo estéril. Y publicar… Me puede el pudor, la verdad.

— No me cuentes rollos; si eres capaz de diseñar ecosistemas digitales, deberías ser capaz de diseñar universos inventados. Te costará, claro, pero ¿no estáis todo el día diciendo que nunca hay que dejar de aprender? Pues ea, ponte a ello.

— Venga, sí, me has convencido. Tengo algunas ideas y esbozos que voy a convertir ya en relatos. Además, escribir ensayo no me cuesta, me ordena el pensamiento. Quizás escribir ficción me lo ensanche.

— Muy bien, Javier. Además, apuesto a que más de una persona de las que te leen por aquí, o de las que lees tú cuando escriben sobre diseño, están en una situación similar, con las ganas aún reprimidas. Quizás eso sirva para que se animen. Hasta podríais crear algún grupo, alguna comunidad de diseñadores y diseñadoras que escriben ficción.

— Es una idea brillante. Lo mencionaré por aquí a ver si alguien se apunta. Gracias por esta conversación y gracias por haberte mantenido ahí, paciente, estos dos años, vocecita. Hale, has ganado, ya puedes retirarte e ir a darle la chapa a otro.

Mnemosyn

Hace un mes empecé a publicar un relato de ciencia ficción titulado Mnemosyn. En él, un tipo al que las cosas no le van especialmente bien, empieza a recibir emails desde 1999, de alguien que dice ser su yo del futuro, que se ha desplazado al pasado. La historia cruza las miradas de tres personajes que son el mismo: el David universitario, el adulto y el anciano, cada uno con sus motivaciones y sus contextos, en mitad de un misterio: ¿Qué ha provocado realmente Mnemosyn?

Puedes ponerte al día de la historia aquí y suscribirte para recibir las entregas que faltan hasta el desenlace, que ocurrirá en unas semanas.


Diseños y relatos

¿Te has animado tú a escribir ficción? ¿Te estás planteando hacerlo? ¡Escríbeme!

Cuando seamos suficientes (media docena, no sé), me comprometo a montar un grupito privado en el que podamos compartir experiencias, textos, ideas... para ayudarnos en esta afición tan hermosa y tan cercana al diseño. Ya veremos cómo o dónde. Por ahora, el único requisito es que queramos escribir ficción y estemos dispuestos a hacerlo :)

Tormenta inminente

Acaban de producirse dos erupciones solares importantes, casi simultáneas. Se espera que las subsiguientes tormentas solares alcancen la tierra esta noche. La doctora Tamitha Skov lo ha descrito de una forma muy evocadora:

Una ráfaga de ametralladora solar que terminará en dos puñetazos de nivel 1,2 a la Tierra.

Al escuchárselo a la Dra. Skov, lo primero que he pensado es que menudo dominio de la retórica y el verbo. Lo que un científico cualquiera te cuenta con datos aburridos, ella lo vuelve evocador y fácilmente imaginable. Ahí está la grandeza divulgadora de esta profesional: consigue contar la radiación electromagnética, que es invisible e imperceptible por nuestro cuerpo, como ráfagas que terminan en dos puñetazos ¡Pum, pum!, algo que sí vemos y podemos sentir. 

Aquí la doctora Skov dando el parte meteorológico espacial.

Da lo mismo que tengamos que describir los efectos de la próxima erupción solar, redactar una carta al rey de Marruecos o explicar el valor de una propuesta; a menudo —y más en unas profesiones que otras— trabajamos con conceptos, ideas y números cuyo valor nos cuesta trasladar porque son intangibles: ni se ven ni se sienten. Por eso, precisamente, creamos el Programa de Diseño Verbal de Iván Leal que empieza pronto. Saber contar, elegir y combinar las palabras, explicar, emocionar, legitimar…

La retórica de Aristóteles ¿recuerdas? No sólo es necesario para nuestras profesiones, sino que es diferenciador. Para mi lo ha sido y cada vez lo tengo más claro: la herramienta más poderosa de alguien que quiere que pasen cosas es el bloc de notas. No sólo para modelar el discurso hacia otros, sino para modelar el pensamiento hacia uno mismo.

Pero volvamos a la tormenta solar y a los puñetazos de radiación. Según la NASA, llegarán entre las once de la noche y las 4-5 de la madrugada.

¡Pum, pum!

Los efectos previstos son variados y siempre entretenidos: alta probabilidad de auroras boreales en las latitudes norte y sur y algo menor, pero también notable, en las medias. Si vives en una zona con buena vista del horizonte, quizás te compense levantarte mañana antes de que amanezca. 

La tormenta afectará especialmente a los satélites, por lo que se esperan interrupciones de las señales de GPS en ciertos momentos del día. Además, las comunicaciones de radio se alterarán mucho. Las frecuencias más altas (UHF y VHF) pueden sufrir apagones temporales y en onda corta, que es donde está la diversión, la propagación tendrá patrones inesperados. En otras palabras, las ondas de radio andarán como borrachas:unas de subidón, otras de bajón y otras haciendo cosas raras. ¿No es maravilloso?

A estas alturas ya lo habrás pensado: no cabe ninguna duda de que si una tormenta solar afecta a las radiocomunicaciones, es más que seguro que también lo haga a las personas ¿verdad? Yo también lo creo.

“Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Y habrá terror y grandes señales del cielo”
Lucas 21:11

Me debato entre irme al refugio, encender el fuego y la emisora o quedarme en la ciudad expectante.

¡Pum, pum!

De Ulm a Cádiz

Están siendo meses intensos para quienes nos hemos embarcado en esta aventura de crear el Instituto Tramontana, probablemente el proyecto más importante de mi vida.

Prácticamente todo lo que me ocurre en estos meses se conecta de forma natural en relación al Instituto: lo que leo, lo que veo cuando viajo, lo que pienso cuando me retiro, las personas que conozco o lo que escucho. Como en todas las cosas en las que pones mucho de ti mismo, surgen emociones, ideas, dudas, ilusiones…

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Un poco por necesidad de desahogo y otro poco por encontrar complicidades, he decidido ir contando esas cosas que me y nos ocurren, que leo, que pienso, que me cuentan. Y lo voy a hacer en mensajes sin periodicidad ni mucho envase; con ilusión de recibir respuestas, de compartir con quienes sientan interés por esto de ayudar a formar a gente que cree, diseñe, construya y gestione cosas mejores. A estos mensajes los he llamado “De Ulm a Cádiz”, que me parece una metáfora muy bonita de ese eje “Utilitas - Delectus” y que además es un viaje personal, necesario, simbólico y real.

Si decides acompañarme, suscríbete aquí.

Mark anda

A Mark le gusta andar, andar mucho. Hace unos días entregamos un trabajo en Barcelona. Él fue con billete sólo de ida, “desde allí andaré, Javier” me dijo. Tras la reunión se echó la mochila al hombro y empezó a caminar: Montserrat, Igualada… Y sigue, haciendo el Camino de Santiago desde la vertiente catalana.

Mark mantiene un blog de reflexiones personales que ahora lo son de su experiencia viajera. Recibo sus posts con ilusión. Me parecen genuinos, propios, limpios de tendencias, contextos y modas. Y disfruto con los videos que está haciendo. Desde su simplicidad, cuentan muchísimo. Me dejan pensativo.

El cámara Márquez

Con algunos libros me pasa como con algunas películas: las tengo que volver a ver, a vivir, cada cierto tiempo. Uno de esos libros es Territorio Comanche, de Arturo Pérez-Reverte y del que se cumplen 25 años de su publicación. Lo curioso del asunto es que cada vez que he querido releerlo he tenido que volver a comprarlo porque había regalado mi copia anterior.

Hoy publican en Zenda una entrevista a José Luis Márquez, Márquez en la novela, el cámara aguerrido que hace tándem con el reportero Barlés, que como sabes si la has leído, es el propio Pérez-Reverte. Un tipo que ha estado con su cámara en todas las puñeteras guerras que he visto en la TV.

Me ha impresionado esa especie de serenidad, de tranquilidad que no le quita importancia a nada, pero que se guarda un poquito, que muestra Márquez en la entrevista. No es la primera vez que la noto en gente que cuenta cosas de la guerra.

La foto es © de Jeosm y Zenda, publicada en la entrevista.

La foto es © de Jeosm y Zenda, publicada en la entrevista.

Obvio es también el impacto que causa la imagen de Márquez, un Keith Richards de la guerra, un tío que viéndolo sabes que ha vivido el lado salvaje, aunque no sepas si ha sido en la calle, la guerra, la cárcel o qué otro infierno. Pérez-Reverte le dedica una paginaza en la que, además, habla del reloj que lleva Márquez en la muñeca (se ve en las otras fotos de la entrevista). Joer, bonita historia.

Márquez y Pérez-Reverte

Márquez y Pérez-Reverte

Hace poco estuvimos en Belchite y me acordé de Territorio Comanche y la guerra de Yugoslavia, de las imágenes de TV, los francotiradores, la destrucción progresiva de todo... Belchite se nos mostraba como lo que recordaba de Mostar, de Sarajevo o Vukovar, mismos agujeros de morterazos, mismas ruinas, misma historia.

La destrucción de Vukovar, que bien podría ser nuestro Belchite (no doy con el autor de la foto).

La destrucción de Vukovar, que bien podría ser nuestro Belchite (no doy con el autor de la foto).

Adolescencia, franciscanos y un libro de diseño

Cuando terminé la enseñanza básica, mis padres, gente de clase media, me mandaron a estudiar a un prestigioso colegio religioso de Palma de Mallorca: el Sant Francesc. Debían de querer que no me desbaratase en los estudios o que se me pegase algo de los hijos de las élites locales, aunque nada de eso ocurrió. El caso es que el plan formativo que me habían diseñado venía con pensión completa en el internado del colegio; a saber, iba a vivir con una treintena de chavales entre los diez y los dieciocho años, en un convento franciscano del s. XIII, el mismo en el que estudiaron los evangelizadores de California (Fray Junípero Serra incluido).

El internado era de lunes a viernes: estudiábamos, comíamos y dormíamos en el mismo sitio: la tercera planta del convento, encima de la de los frailes, que iban con su hábito, su capucha y su cuerda a la cintura, como uno se imagina a los frailes franciscanos en su convento.

Este es el claustro del convento de Sant Francesc. Ahí en la parte del ciprés, tercer piso, andábamos los “pensionistas”.

Este es el claustro del convento de Sant Francesc. Ahí en la parte del ciprés, tercer piso, andábamos los “pensionistas”.

El tema da para contar mil historias, anécdotas casi todas divertidas vistas con distancia, y alguna no tanto, pero nada traumático. Sin embargo hoy no toca eso. Voy a lo que voy: el caso es que yo, un chaval en pleno desarrollo, con los músculos y los huesos a todo crecer, andaba siempre con hambre. Los franciscanos eran partidarios de la frugalidad en lo alimenticio; la de sus alumnos de sus alumnos, no la suya, por decirlo suavemente, y siempre andábamos con hambre. Andábamos caninos.

Los que sacaban notas decentes tenían derecho a salir un par de horas por la tarde a pasear por la ciudad. Yo aún era de esos. Se aprovechaba ese rato para ir a comprar un bocadillo con algo más de chicha que el que nos daban para merendar. El caso es que yo, con mis quinientas pesetas de asignación semanal, no solía tener para grandes fastos. En realidad el segundo día de la semana ya me había gastado todo el dinero en comida y andaba pobre el resto de la semana. Pobre y hambriento. Que sí, que podía pedir a mis padres, pero me daba apuro; suficiente costaba el colegio como para estar pidiendo más dinero. Total, que algunas semanas acababa matando el hambre con pipas de girasol que compraba a granel en una tienda de animales: medio kilo por cincuenta pesetas. Merendaba lo que los loros.

El hambre y la pobreza no lo eran sólo de alimento. Andaba con ganas de aprender cosas pero tampoco tenía dinero para libros. La biblioteca del colegio era impresionante, como de película, con sus incunables y sus estanterías centenarias, pero no tenía muchas cosas modernas. Así que me daba paseos por librerías y hojeaba libros todo el rato que podía hasta que empezaban a mirarme mal y continuaba con mi paseo.

Una primavera, más o menos por estas fechas, se celebraba en la Plaza España la feria del libro. Recuerdo que era una tarde soleada y que fui solo a darme un paseo por allí. Para mi era uno de los acontecimientos más interesantes del año. Miles de libros nuevos, de temas que ni podía imaginar que existiesen. Podía hojear durante horas sin sentirme presionado.

Paseando entre puestos lo vi, moderno, misterioso, anunciando algo seductor y desconocido, invitándome a hojearlo:

“Diseño ¿Para qué?” de Jens Bernsen. O mejor dicho, diseño, ¿por qué no?, pensé yo. ¿Qué encerraban esas páginas? ¿Qué era ese objeto con forma de armadillo espacial? En mi mundo no existían libros como ese. Y yo quería viajar al mundo de ese libro. Me llevé la mano al bolsillo pero sólo había pipas de girasol sin tostar, los restos de la merienda.

Ese libro y yo nos habíamos declarado amor, pero era una historia imposible. No recuerdo lo que costaba pero seguro que superaba la asignación semanal y además no estábamos a principios de semana, con lo que sólo me quedaba resignarme… ¿O no? En cuestión de segundos mi cerebro se puso a buscar caminos no para conseguir el dinero, sino para conseguir poseer aquel libro. Y los encontró. Me hice la pregunta que necesitaba hacerme. Si robar para saciar el hambre es aceptable, ¿Estaba mal robar para saciar el apetito de conocimiento?

Debí de pasar por delante del stand de esa librería unas cinco o seis veces, dudando, enfrentándome al dilema, evaluando opciones, maniobras, vías de escape y consecuencias. ¿Y si me pillaban? ¿Avisarían a Fray Riera, el responsable del internado? ¿Me expulsarían? ¿Habría merecido la pena?

Recuerdo la adrenalina y los pasos acelerados, alejándome sin mirar por si girar la cabeza me delatase. Lo había hecho, había robado un libro. No cualquier libro, el que más deseable, interesante y maravilloso del mundo. Uno que hablaba del futuro, de tecnología y lugares muy diferentes de mi internado franciscano ¡Hablaba de diseño!

Pasaron los años y me olvidé del libro y del diseño. Empecé Ciencias Políticas y Sociología sin pensar más que en las ciencias sociales y no fue hasta tercer que fui derivando hacia el diseño de nuevo. Con el tiempo, el diseño se convirtió en mi profesión, pero nunca me vino a la cabeza ese libro ni mi interés adolescente por el tema; era como si ese libro y el pecado adolescente que lo puso en mis manos no hubiese sucedido nunca.

Años después, en una visita a mi Madre me puse a rebuscar libros de juventud que llevarme a Madrid. Y allí estaba entre uno de cuentos de Ray Bradbury y algo de Asimov. Lo releí, de pie (es breve), de una vez, y me pareció que para ser de 1989 no podía ser más actual. Me dejó pensativo y sonriente, preguntándome si realmente esa fue la semilla que me convirtió en diseñador, dudando de nuevo sobre si hice bien o no robándolo, pero sintiéndome feliz de haber unido esos puntos.

No recuerdo el nombre de la librería dueña de ese stand (dudo que me fijase siquiera aquel día) pero desde luego me haría muy feliz poder saberlo. Iría a pagar mi deuda, a disculparme y a agradecerles que aunque muy probablemente me viesen, decidiesen dejar que ese muchacho se llevase el libro aquel que le tenía embelesado.