Consumatum est
Me dice Mónica que lo acorte, que un vídeo así no debería durar más de dos minutos. Pienso que tiene razón. Salgo de la consulta del médico y me meto en una cafetería. ¿Quiere una pulguita con el café? No, gracias, el café y ya está. Reviso el texto. No, Mónica no tiene razón, no podemos quitar ni un párrafo de lo que queremos contar. Sería como quitar una dovela de un arco, se desmoronaría todo.
Me llama José Manuel Navia para decirme que si podemos convertir la sala McLuhan (la insonorizada) en un cuarto oscuro ¡Pues claro! Quiere salir con los alumnos y una cámara estenopéica a la calle, hacer fotos y revelarlas luego en el Instituto. “Javier, cuando ves el proceso completo, entiendes mejor el uso”. Me dice que va a traer muchos trastos, cámaras de cada época “para que se entienda cómo el aparato condiciona la forma de contar”. Navia también tiene razón. Sorbo el café (torrefacto, maldita sea) y pienso que ojalá poder asistir a ese programa. A algunas clases iré, sin duda.
Me llega una alerta al móvil: “los resultados de su analítica ya están dispo…” Mejor los miro luego. Quiero conservar el estado de concentración pero se hace imposible. “Cariño, si puedes cambiarte de mesa, que van a comer los chicos en esta…”. El asiento de la silla nueva está helado. Pongo el móvil en “no molestar” y abro de nuevo el texto del video.
No sólo no soy capaz de recortar, necesito contar más cosas. Esta gente está valorando invertir en el Instituto Tramontana, cómo no voy a contarles que estamos costeando gastos de guardería y de viajes a quienes tienen niños o quienes vienen de lejos. Cómo no contar las becas del 100% a personas sin recursos en los programas de iniciación al diseño. Cómo no mencionar que una persona del equipo de Enfoques ganó un Goya, o que a un alumno le han dado el Premio Nacional de Diseño… Me tengo que centrar en lo que (les) va a importar, la escalabilidad del proyecto, la rentabilidad, la necesidad de producir más cursos con más equipo humano…
Enfoques es la segunda parte del Instituto. Es un dossier que lleva tres años en un cajón, con un post-it que dice “no abrir hasta estar preparados”. Es la manera en que todo lo que hacemos, todo en lo que creemos y todo lo que nos quita el sueño y nos da la vida se puede sacar de Goya 27 y llegar a mucha gente, con precios asequibles y calidad excepcional. Es un plan de irrigación masivo que sólo podemos acometer con ayuda y complicidad de gente. Si te interesa y estás en posición de invertir, avísame.
Me salta otra alerta en el móvil. Definitivamente no soy capaz de configurar bien los modos de silencio. “Reunión Leica hoy a las 17h”. Me acuerdo de las diapos de Barnack y la Leica M, de las clases en que cuento cómo la cámara de 35mm, convertida en verdaderamente portátil, cambia la manera en que el mundo percibe la guerra. De leer crónicas a ver instantáneas, de que te la cuenten a que te la enseñen. Seguro que Navia habla de ello en su programa.
En el televisor, imágenes de tanques ardiendo, de drones grabando combates y de la matanza de Bucha. Nuestra guerra civil fue la primera guerra de las instantáneas. La del Golfo lo fue de las cámaras en misiles y esta está siendo la de los móviles. El medio es el mensaje y McLuhan enmarcado en el Instituto.
Se alternan nazarenos de Semana Santa con inocentes muertos en cunetas de Ucrania.
Consumatum est.