Belchite
A cañonazos y a tiros, de un bando y del otro. Así mataron a Belchite durante la Guerra Civil. Un pueblo bello que, en la ceguera del combate, fueron cercenando, mutilando, perforando y derrumbando hasta que sólo quedaron piedras y el cierzo, que parece que aquí sople más frío y silbe más fuerte.
Paseo por sus calles de noche y siento el escalofrío.
Casi todos murieron. Los pocos que sobrevivieron se marcharon y dejaron calles, casas e iglesias derruidas a las que nunca quisieron volver; el pueblo había muerto.
No habría imaginado que un lugar desierto y ruinoso, sin una sola alma era donde mejor se podría entender la vida.