NYC 2016
Andaba perdido en aquella primavera lluviosa de 2016 cuando llegó la llamada de mi amigo Bernardo. Me pedía consejo y me proponía ir a Nueva York unos días a echarle una mano con su proyecto. Sin pensarlo, hice la maleta y volé hacia allí.
Recuerdo aquella semana con sensación de angustia, frío y humedad. Pasé del Madrid de astenia, sinsabor y abatimiento al Nueva York en el que siempre era de noche, noche lluviosa y solitaria.
Dicen que la fotografía es una buena forma de terapia. No estoy seguro de que tenga capacidad curativa, pero desde luego es, fue, una magnífica forma de desahogo.