Presencia y lo fático
Cuando alguien se toma la molestia de comentar un post por aquí o de mandar una nota de vuelta cuando recibe la carta desde De Ulm a Cádiz, me da una alegría. Es mayor aún cuando en esa respuesta comparte algo que le interesa, le ronda la cabeza o le ha pasado.
Aquí va una que creo que merece compartirse. Me la manda Luis Miguel Barral, una de las personas que conozco con más sensatez y sensibilidad en todo lo relativo a la investigación en entornos de diseño, producto y demás. Su respuesta era mi artículo “Será sonoro”. Con su permiso, la transcribo aquí:
Querido Javier,
Mi primera experiencia profesional seria con “lo sonoro” la viví este año 2021. En unas decenas de hogares habitados por personas mayores Cruz Roja instaló unos dispositivos Alexa Echo 8, con pantalla. Además, un grupo de voluntarios participaron en la instalación, registro y capacitación de estas personas para la incorporación de esta tecnología a sus vidas cotidianas.
La experiencia se extendió entre cuatro y seis meses, dependiendo de las zonas geográficas.
En el experimento se incluyeron personas con y sin habilidad en la relación con la tecnología, con diferentes niveles de formación, personas que vivían solas y otras acompañadas, hombres y mujeres, más y menos ancianos, residentes en ciudades y pueblos … una distribución que garantizara mínimamente una pluralidad de situaciones.
A nosotros se nos encomendó la labor de entender si el disponer de esta tecnología tenía algún tipo de impacto, positivo o no, en la vida de estas personas. El principal hallazgo fue descubrir que esta tecnología acompaña por su mera presencia, incluso estando en silencio. La radio acompaña cuando está encendida, Alexa también cuando está en silencio.
Resumido en un condensado: "es una voz que me escucha”.
Es un objeto, pero no es algo, es alguien.
Un dato muy revelador es que el segundo uso más registrado durante todo el experimento, después de la petición de música, es lo que Amazon codifica como “Phatic”, que son expresiones de cortesía en la interacción social: “hola”, “buenos días”, “buenas noches”, “qué tal estás”, etc … formas de hablar con un otro, con un alguien.
Entre el grupo de personas que supuestamente deberían ser más refractarias a la tecnología (generalmente mujeres sin formación, viudas, solas, de clase social muy humilde) pude comprobar que esta “voz que me escucha” les producía el asombro de entender, ahora sí, qué tiene eso de Internet “para mi”, excitando su deseo de experimentar, de afinar su voz navegante.
Así descubrí yo el potencial de dotar con una piel sonora a la tecnología.
Un abrazo y muchas gracias por tus aportes.
Luis Miguel
Por un lado, la idea de solucionar los problemas de soledad de nuestros mayores con inteligencia artificial me incomoda, pero por otro, puedo entenderlo. Por otra parte, acompañamiento por la mera sensación de presencia; qué revelador, ¿verdad? Y qué importante lo fático en la conversación.
Leer lo que comenta Luismi, siendo yo además convencido usuario de Alexa, me deja pensando si no habremos descuidado esos dos aspectos en el diseño de interacción de los últimos veinte años: sensación de acompañamiento y lo fático en el intercambio.
Le lanzo el guante a Iván Leal, que seguro que habrá pensado más sobre esto y quizás hasta lo haya aplicado en diseño verbal, que es uno de los huertos que cultiva.